Esta ciudad supo ser una de las ciudades más baratas de Europa Occidental, pero ya no es así, se podría decir que puede resultar más caro almorzar o cenar en Lisboa que en Madrid o incluso en Barcelona, explicó Juan Barrio en la columna de Quality en Quién Te Dice, en DelSol.
En Lisboa ha habido un gran incremento en la demanda turística, donde se destaca un turismo de cruceros muy fuerte. Cuando atracan las enormes embarcaciones llenas de visitantes es que uno puede ver una Lisboa explotada de lugareños y extranjeros paseando sus calles.
Si se planifica un viaje por Europa, Portugal es un destino que se lo tiene más abajo en la lista de candidatos. Muchos turistas deciden detenerse en Lisboa por una o dos noches, pero la realidad es que ese tiempo no es suficiente para visitar toda su oferta cultural. Se estima que como mínimo unas tres o cuatro noches son suficientes para conocerla.
Como dato histórico-cultural, Lisboa fue fundada unos 400 años antes que Roma, siendo la segunda ciudad más antigua del Viejo Continente, luego de Atenas. Sin embargo, uno no piensa en Lisboa como una de las ciudades imperiales clásicas, como sí lo pensaría de Madrid, París, entre otros. Todo esto tiene una explicación: en 1755 hubo un importante terremoto destruyó prácticamente toda la ciudad salvo uno o dos barrios, uno de ellos es Alfama, cuya catedral quedó intacta luego del desastre que involucró un tsunami. En gran parte de los atractivos turísticos se hace mención a lo ocurrido en ese desastre, luego del cual se desarrolló una planificación urbanística más moderna. Cuando uno observa esta ciudad desde el aire su planificación es evidente y claramente visible. El mencionado barrio Alfama, màs històrico, de la Lisboa màs antigua contrasta con el àrea planificada posterior al terremoto.
Un elemento pintoresco que es tradicionalmente utilizado por los turistas y no tanto por los propios lisboetas, son los tranvías. Este medio de transporte es usado como bus turístico por una inmensa parte de los visitantes debido a que recorre la ciudad a una velocidad ideal para conocerla. Además, al haber tanta densidad de turistas puede resultar algo molesto para los lugareños. Cabe destacar como atractivo turístico, que es una ciudad llena de miradores. Muchìsimas de las atracciones turísticas tienen miradores, lo cual invita a uno a quedarse siempre un rato más para apreciar una panorámica de la ciudad. Otro lugar que ofrece maravillosas vistas es el puente 25 de abril, que cruza al Río Tajo.
En lo gastronómico, se habla mucho de los Pasteles o Pastelitos de Belèm, que consisten en una canasta hojaldrada con una crema arriba con canela y azúcar por arriba. Se hace al horno y se sirve caliente. Se puede asimilar la gastronomía de Portugal con la cultura gastronómica del norte de España.